Pocas veces nos permitimos escuchar a nuestro corazón. Ese órgano que nos mantiene con vida desde el día que nacemos y que nunca descansa, aquel que retumba en el pecho al cruzar la meta y que está listo para aumentar o disminuir sus latidos según nuestras pisadas.

El corazón es un órgano muy importante; sin embargo, nuestro estilo de vida y la alimentación pueden estar dañándolo más de lo que parece, dando pie a una enfermedad cardiaca. En este artículo compartiremos contigo 5 maneras de mantenerlo saludable a través de la alimentación.

Reduce el consumo de alimentos que propicien el colesterol malo (LDL) y también el consumo de grasas saturadas. Ambos componentes permiten que se acumule grasa en las paredes de las arterias, lo que aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco.

Las grasas saturadas y el colesterol LDL provienen de algunos alimentos de origen animal: grasas de las carnes rojas, piel del pollo, manteca, mantequilla, grasas de los lácteos (leche, yogur, crema, quesos amarillos), yema de huevo y mariscos.

De preferencia aumenta tu consumo de grasas insaturadas y colesterol bueno HDL, que por lo general son de origen vegetal y se encuentran en el aceite de oliva, de maíz, de cártamo, de soya, de girasol, nueces, cacahuates y aguacate.

Los ácidos grasos omega 3 (EPA y DHA), que contienen los pescados de agua azul, reducen el riesgo de arritmias, bajan los niveles de triglicéridos y aminoran la presión arterial. De preferencia come pescado dos veces por semana, puedes elegir entre muchas opciones: la trucha, el arenque, las sardinas, el atún y el salmón.

Dale la bienvenida a la fibra

Una alimentación balanceada que incluye fibra reduce los niveles de colesterol malo en sangre y previene enfermedades cardiacas. Existen dos tipos de fibra: insoluble y soluble.

La fibra insoluble, está en los cereales, panes integrales, verduras, hortalizas, y es la responsable de mantener la regularidad intestinal. La fibra soluble se encuentra en el salvado de avena, cebada, frijoles, lentejas, semillas, frutas y hortalizas. Este tipo de fibra disminuye el riesgo cardiovascular reduciendo los niveles de colesterol en sangre.

Siempre come frutas y verduras

Por su nivel de antioxidantes, vitaminas, minerales, nutrientes y fibra; las frutas y verduras jamás deben estar fuera de tu plan de alimentación. Incluye en tu dieta entre 4 y 5 porciones de frutas y de verduras al día.

Poca sal

La sal es sodio y por lo tanto aumenta la presión arterial, lo que propicia problemas de salud en el corazón. La recomendación es limitar el consumo de sodio a menos de 2,300 mg por día, que es aproximadamente el contenido en una cucharadita de sal.

La próxima vez que compres algo en el súper revisa las etiquetas de los productos, algunas veces no nos damos cuenta de las cantidades de sodio que ingerimos. No pierdas de vista ninguna de estas recomendaciones, ya es hora de ayudarle a tu corazón a seguir latiendo de manera saludable.

Fuente: Nutrición Grupo Bimbo.