Jordan Díaz fue recientemente nacionalizado en febrero como español luego de huir de su país el año pasado en busca de mejores condiciones. El atleta de 21 años nacido en La Habana, Cuba, escapó de la delegación en Madrid, España, cuando se dirigían a Noruega para una competencia y se asiló en la casa de sus tíos en Zaragoza.
Dueño del récord Sub-18 del salto triple con 17,41 metros, el cubano ganó la medalla de oro en el Mundial de Atletismo de esa categoría que se desarrolló en Nairobi, Kenia en 2015, con un salto de 17,30 m. Cabe recordar, que el colombiano Arnovis Dalmero finalizó tercero en esa prueba.
Además de ser campeón mundial Sub-18, también consiguió repetir esta hazaña en la categoría Sub-20. Díaz se quedó a un centímetro de igualar el récord Sub-20 de 17,50 metros que mantiene el alemán Volker Mai desde 1985. Recientemente, batió el récord nacional de su nuevo país, España, con una marca de 17,27 metros.
La federación internacional de atletismo, conocida como World Athletics, exige a los atletas que cambian de nacionalidad un espacio de tres años sin participar en competencias oficiales desde su última representación oficial con su anterior nación. La última actuación de Jordan Díaz como atleta cubano fue en 2019. Por ese motivo, el regreso a las pistas del ahora atleta español será en 2023, en inmediaciones a los Juegos Olímpicos de París.
Su salto al otro lado del charco
Nacido el 23 de febrero de 2001, se introdujo al mundo del atletismo a los nueve años cuando varios entrenadores llegaron a su escuela a reclutar nuevos talentos. Dejó de practicar fútbol y beisbol para evitar lesiones y, sobre los 14 años de edad, dio el paso a especializarse en el salto triple, la modalidad que más le atraía.
A pesar de todo, la influencia de los entrenadores cubanos y su metodología perfeccionista le permitió a Díaz tener un ascenso tan vertiginoso en un corto periodo de tiempo, en el que solo dos años después conseguiría su primer título mundial en Kenia.
La idea de desertar de su país empezó a rondar su cabeza a mediados del 2018 durante una concentración de la delegación cubana que se realizó en España. Allí, Díaz se enamoró de las personas y el ambiente que lo rodeaba en el país ibérico. Aunque, era muy temprano para tomar la decisión, su idea sobrevivió el pasar de los años. Con la llegada de la pandemia del Covid-19, el cubano aceleró su decisión.
Con ayuda de Ana Peleteiro, atleta española y bronce en Tokio 2020, Díaz logró superar los obstáculos burocráticos y se nacionalizó gracias a su alto rendimiento deportivo. Posteriormente, se unió a su grupo de entrenamiento al mando del entrenador Iván Pedroso (entrenador de Yulimar Rojas).
Díaz manifiesta que esta decisión recayó en varias razones como: la falta de oportunidades del primer mundo, la presión que le era impuesta en su país y la falta de tranquilidad para conseguir resultados. Sin embargo, aunque reconoce que la situación política y socioeconómica actual de Cuba es complicada, hay muchos factores más que influyeron en la nacionalización.