Mauricio González es uno de los atletas colombianos de fondo más destacados de los últimos años. Cada paso y cada zancada suya es estratégicamente planeada.

Y ese estilo lo adquirió desde cuando tenía 11 años y aún no se había iniciado en el atletismo. Sus padres siempre han tenido una panadería en el sector de Engativá, en el occidente de Bogotá y al lado del negocio familiar había un taller de mecánica.

Allí, en las pausas laborales, los mecánicos jugaban ajedrez y en una ocasión lo invitaron a una partida. Quedó tan enamorado del juego ciencia, que su padre le regaló un tablero que aún conserva y con el que practica, hasta dos horas diarias.

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Los Panamericanos de Guadalajara 2011 marcaron la carrera de Mauricio, quien también estuvo en Toronto y en Lima.

Por eso, cuando corre, sabe mover cada una de sus fichas como una jugada maestra. Incluso, nunca se da por vencido y se entrega a muerte cual peón. Así lo hizo en sus inicios en el atletismo el corredor bogotano, que este año ingresó nuevamente al Equipo Porvenir.

En el colegio donde estudiaba con su hermano hicieron una competencia en la que Iván lo venció. El profesor de educación física le sugirió que fuera a la Liga de Atletismo y siguiera corriendo. Pero Mauricio no se quería quedar atrás y se le unió.

«Corrimos como en tres carreras y él siempre me ganaba, pero el principal reto lo teníamos en los 10 km de la media maratón de Bogotá del 2003 y allí le gané yo», recuerda orgulloso el menor de los hermanos González, nacido el 14 de octubre de 1988.

Iván y Mauricio siempre son muy estratégicos y corren en equipo en busca de las medallas.

Desde entonces, la familia Martínez, vecinos en Engativá, los apoyaron en sus inicios. Les pagaban los viajes y ellos solo tenían que correr. En una de esas travesías los llevaron a la Carrera de Girardot, una de las más tradicionales en Colombia, donde se ubicó segundo en su categoría, un logro que ni él mismo se lo creía.

Fue entonces cuando empezaron a entrenar en la Liga de Atletismo de Bogotá. Su primer entrenador fue Oscar Sanabria, con quien lograron entrar en un programa de detección de talentos.

Y fue entonces cuando el apellido González empezó a sonar con fuerza en el atletismo colombiano, en el que empezaron a mover sus fichas estratégicamente en los campeonatos nacionales.

Los grandes duelos en Suramérica siempre se han dado con el ecuatoriano Byron Piedra.

Y en otra jugada maestra, le apostaron a las pruebas de pista, con el entrenador Mauricio Ladino, con quien trabajan desde hace cerca de 15 años.

Ganó la medalla de oro en los Juegos Suramericanos, en Medellín 2010, y un año más tarde, en un gran prix de Brasil, bajó por primera vez la barrera de los 14 minutos en los 5.000 metros, a pesar de no poder calentar bien por culpa de la lluvia, y en medio de condiciones difíciles.

«Ahí nos dimos cuenta que podríamos apostar por la pista y empezamos a buscar las competencias en Estados Unidos. «Sin embargo, para estar en los grupos más rápidos toca mostrar mejores marcas, pero hicimos el proceso para abrir las puertas a mejores competencias», recuerda Mauricio.

En los pasado Juegos Nacionales trabajó toda la carrera, en busca del doblete en los 5.000 y 10.000 metros, que finalmente obtuvo Iván

Y como gran ajedrecista sacrificó varias de sus mejores fichas, pero gracias a sus movidas y las de su hermano Iván, varios colombianos empezaron a correr también en Estados Unidos, ya con unos cuantos alfiles sacrificados por ellos.

Querían romper las marcas de Domingo Tibaduiza, en los 5.000 y los 10.000 metros, que estaban vigentes desde 1978. Y el que siempre se acercó más fue Mauricio.

Actualmente tiene como mejores registros 13:32.44, en los 5.000 metros, y 28:13.49, en los 10.000 metros. El año pasado, Gerard Giraldo recogió los frutos de ese camino recorrido e impuso 13:21.31, para acabar con una de las legendarias marcas de Tibaduiza.

Mauricio González logró una marca de 1:02:34 en la Media Maratón de Houston.

Pero Mauricio no paró ahí y gracias a sus registros y resultados, entre los que se suman también la medalla de oro en los 5.000 metros de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en Barranquilla 2018, empezó a ser invitado a grandes eventos de calle.

Estuvo en la Houston Half Marathon, donde impuso la marca de 1:02:34, la tercera de la historia en Colombia, solo superada por el récord de Hérder Vásquez (1:01:29) y por el legendario Víctor Mora (1:01:39).

En el 2019 también estuvo en la Media Maratón de Buenos Aires, donde se convirtió en el primer atleta no africano en cruzar la meta, con otro gran registro (1:02:42), que lo ubicaron en el puesto octavo.

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Mauricio González corre pocas carreras de calle, pero cuando lo hace generalmente está en el podio.

Y cerró el 2019 con otro gran resultado, en otra de las tradicionales carreras suramericanas, en la San Silvestre de Brasil, donde otra vez fue el mejor no africano, igualmente en el top-10.

Y para comenzar el 2020 había sido invitado a la Media Maratón de Nueva York, pero esta prueba se canceló porque empezó el confinamiento mundial por culpa del Covid-19.

«Correr en Nueva York es otro de mis grandes sueños, pero se canceló y tendremos que esperar», se resigna Mauricio, como cuando pierde a la reina en una partida de ajedrez.

Este año volvió a ingresar al Equipo Porvenir, con su hermano Iván González.

Y también tuvo que esperar las competencias para buscar la marca de clasificación a los Juegos Olímpicos, el único certamen del ciclo olímpico en el que le falta estar y en al que anhela llegar en 2021.

«No es fácil lograr el cupo pero lo vamos a intentar, porque no solo sueño con llegar a los Juegos Olímpicos, sino en correr la final de los 10.000 metros», concluye el corredor del Equipo Porvenir.