En 128 años de historia de los Juegos Olímpicos, Colombia ha logrado un total de 38 medallas, de las cuales cinco son del atletismo. Las medallas del ‘deporte rey’ empezaron a conseguirse en Barcelona 1992, cuando Ximena Restrepo obtuvo el bronce en los 400 metros planos.
Posteriormente llegaron las de Catherine Ibargüen en salto triple (plata en Londres 2012 y oro en Rio 2016), y las dos últimas se obtuvieron en Tokio 2020, con la plata de Lorena Arenas, en los 20 km marcha, y la de Anthony Zambrano, en los 400 metros planos.
Pero a la hora de balance, además de ver las medallas que se logren o no, también es importante evaluar lo bueno que se hizo, lo que pudo ser mejor y lo que definitivamente no salió bien, sin que eso no signifique no se pueda seguir trabajando en los procesos, y las decisiones que se tomen, para mejorar.
Por eso es importante destacar que en toda la historia del atletismo de los Juegos Olímpicos, Colombia había logrado dos diplomas olímpicos (John Murillo en Rio 2016 y Mauricio Ortega en Tokio 2020), y en esta edición se obtuvieron tres, con Lorena Arenas, en los 20 km marcha; Martha Valeria Araújo, en el heptathlon, y Flor Denis Ruiz, en lanzamiento de jabalina. Adicionalmente, y aunque no alcanzó a meterse en el grupo fe los mejores ocho atletas que reciben el diploma olímpico, Arnovis Dalmero fue el otro finalista colombiano en París 2024.
Además, se impusieron tres marcas nacionales y una suramericana. Los nuevos registros nacionales los lograron Lorena Arenas, en los 20 km marcha, con 1:27:03; la misma Lorena Arenas y Mateo Romero, en los relevos mixtos de maratón en marcha, con 2:57:54, y Martha Valeria Araújo, en el heptathlon, con 6.386 puntos, registro que también es récord suramericano.
Lo demás ya hará parte de las evaluaciones de la Federación Colombiana de Atletismo y el Comité Olímpico, pero es igualmente destacable que 11 de los 18 atletas en París 2024 eran debutantes en unos Juegos Olímpicos, pero también es cierto que de varios de ellos se esperaba más, y no necesariamente que fueran medallistas o finalistas, sino que lograron mejores marcas y que fueran en buenas condiciones físicas y deportiva.
Por eso, es igualmente loable la decisión que tomó el marchista Eider Arévalo, de renunciar a su participación, porque no se encontraba en las mejores condiciones para competir al mejor nivel, en la cita más importante del mundo, donde no se va a participar sino a medirse con los mejores.
Así les fue a cada uno de los colombianos en París 2024:
