En octubre de 2011, cuando tenía 24 años, la vida le cambió por completo a Tatiana Narváez, tras un diagnóstico de cáncer de hígado, que hizo que la sometieran a dos años de tratamiento de quimioterapia, sin obtener los resultados esperados.
Su estado de salud empeoraba día a día, al punto de estar postrada en una cama, sin poder caminar, ni ir al baño sin la ayuda de un familiar. Finalmente, concluyeron que el diagnóstico estaba errado y lo que Tatiana necesitaba era un trasplante urgente de hígado. Su vida estaba en peligro. Ese trasplante llegó, por fortuna para ella y sus familiares, en menos de un mes.
Tras ese proceso, esta bogotana por adopción (nació en Pibijay, Magdalena, aunque toda su vida ha estado en la capital del país) considera que renació, el día que corrió y vio en el running su manera de prolongar la vida de su nuevo órgano.
Auque el camino no fue fácil. Después de la cirugía de trasplante, el 14 de febrero de 2014, vinieron, además del proceso de recuperación, los miedos, la incertidubre y hasta una nueva cirugía, en octubre de ese mismo año, «por una masa que estaba creciendo en el hilio hepático».

«Todo el 2014 estuve prácticamente en recuperación, hasta enero del 2015, cuando ya empezó a ir todo bien. Luego me reintegré a la Corte Suprema de Justicia a trabajar y empecé a hacer mi especialización. Solo hacía entrenamiento funcional porque me daba miedo correr», cuenta Tatiana, abogada y hoy en día directora de la Fundación Live for Life, en la que con otros atletas trasplantados promueven la donación de órganos y la práctica del deporte entre ellos.
Pero en el 2018 apareció en su camino otro ángel, Nelson Ramírez, un paciente trasplantado de riñón, quien la metió en el mundo del running. Su primer reto fue correr un kilómetro sin parar y desde entonces el deporte entró a su cuerpo como el hígado de aquel donande que le salvó la vida y que hoy en día la tienen como una exitosa profesional, atleta aficionada, maratonista, triatleta y soñadora.
«El atletismo no solo es vital en la parte física, sino también en la parte mental. Después de un trasplante quedamos con muchas secuelas, y el deporte nos ayuda a estar más fuertes, a pesar de que quedamos inmunosuprimidos. Nos ayuda a combatir, por ejemplo, infecciones y virus», cuenta Tatiana.

Después de correr ese primer kilómetro se le midió a su primera prueba de 10K, en la Night Race de 2018. Cuando la terminó, le colgaron la medalla en su pecho y desde ahí se enamoró del running. «Llegando a la meta me miraba a los pies y no podía creer que después de pasar todo lo que tuve que pasar, estuviera corriendo», recuerda.
«Después del trasplante uno no sabe si puede seguir estudiando, o trabajando o teniendo una vida normal, pero cuando te das cuenta de que en el deporte logra todo lo que quiere, se dice uno mismo: ‘si puedo con esto, puedo hacer cualquier cosa’. Es fundamental hacer actividad física después del trasplante», advierte Tatiana, quien no para de asumir retos.
Y no conforme con ser un ejemplo para la sociedad, para los pacientes trasplantados y para la comunidad de los runners, siguió asumiendo desafíos.

«Después me puse una meta de correr un Ironman, en Cartagena 2021. No sabía nadar y nunca me había montado en una bicicleta… pero quería llevar todo ese proceso y demostrarles a las demás personas que los trasplantados podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos. Ese ha sido uno de los objetivos más bonitos que he logrado, además porque las condiciones de la carrera fueron muy difíciles. Cruzar la meta me convenció de que las limitaciones están en la mente, independientemente de que sea o no traspantado», recalca esta mujer, que ahora corre para llevar el mensaje de la importancia de donar órganos.
Su último gran reto fue medirse a la distancia del maratón (42,195 km). Corrió en el Maratón de París, en abril de este año, en el que completó el recorrido en algo menos de 5 horas, a un ritmo promedio de 6:45 min./km.
«Fue muy bonito correr allí, porque yo había estado en París cuando estuve muy enferma, y correr 42 km fue sentirme más viva que nunca. Fue algo especial. Era como ver todo en cámara lenta. Correr es vida».

La campaña por la donación
Los sueños para Tatiana no paran, en cada carrera o evento en el que participa lleva el mansaje de la importancia de donar órganos, como lo hizo recientemente en la media maratón de Bogotá, donde corrió la distancia de los 10 kilómetros, como preparación para el nuevo reto que quiere asumir, en el Mundial de Triatlón para trasplantados, que se disputará en abril de 2023, en Australia, aunque la preparación también incluye las campañas para conseguir los recursos del viaje.
Pero más allá de entrenar, insiste en la importancia de donar, porque según cuenta, «en este momento hay más de 3.000 personas en lista para trasplante. Donar es una forma de regalar vida, y no solo hablamos de órganos vitales, sino de otros como tegidos blandos o médula osea. Cuando se toma la intención de donar se impacta la vida de hasta 55 personas», concluye Tatiana.
Nota: Si desea saber más acerca de la donación de órganos puede ingresar a la web www.liveforlife.co