Después de tantos ires y venires con el caso Caster Semanya, este miércoles 8 de mayo empezó a regir la orden para que la atleta surafricana se medique si quiere seguir compitiendo, en pruebas desde 400 metros hasta la milla.
El Tribunal de Arbitramento Deportivo (TAS) le dio razón a la Iaaf para que Semenya baje sus niveles de testosterona con hormonas o de lo contrario no podrá competir.
Antes de cumplirse esta fecha y apenas unos días después de la decisión, Semenyá ganó en los 800 metros de la Liga Diamante en Doha, la que podría ser su última competencia si se rehusa a acatar la decisión.
«Durante una década, la Iaaf ha intentado frenarme, pero esto actualmente me ha hecho más fuerte. La decisión del TAS no me frenará. Una vez más me levantaré y seguiré inspirando a mujeres jóvenes y atletas en Sudáfrica y alrededor del mundo», advirtió la atleta en un comunicado.
Semenyá, además, advirtió que no se medicará para bajar artificialmente los niveles de testosterona, que quedaron fijados en 5 nanomoles por litro de sangre, para que las mujeres puedan competir en igualdad de condiciones.
«Qué demonios, claro que no me medicaré», sentenció la campeona olímpica y mundial de los 800 metros planos.
Hasta la fecha, el umbral de tolerancia para los niveles de testosterona estaba en los 10 nanomoles y ahora se reduce a la mitad, porque, según estudios a los que alude la IAAF, una mayor proporción aumenta un 4,4 % la masa muscular, entre un 12 y un 26 % la fuerza y un 7,8 % la hemoglobina.
La discusión no para y habrá qué ver lo que pase en futuras competiciones.