Sevilla, un municipio ubicado en el norte del Valle, con una altitud de 1.600 metros sobre el nivel del mar, considerada como la ‘Capital Cafetera de Colombia (Ley 817 de 2003), donde los campesinos producen y comercializan su propias marcas de la tradicional bebida, también ‘cultiva’ atletas integrales.
Así como se produce café, también nacen talentos para el atletismo, gracias al proceso que inició hace casi 40 años el profesor Julio César Abadía Villegas (QEPD) y que continuó su alumna aventajada Bertha Sánchez, una de las mejores fondistas colombianas de la historia, representante de Colombia en el maratón de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y ganadora de múltiples medallas en eventos del ciclo olímpico.
Hoy en día, el Club Deportivo Fundación Bertha Sánchez, literalmente cosecha gran parte de los mejores atletas colombianos en las modalidades de marcha, semi-fondo y fondo. De allí salieron, entre otros, María Fernanda Montoya, ganadora de torneos nacionales e internacionales en las categorías menores en marcha, especialidad en la que estuvo en el Mundial de Cali 2015, y actualmente reconocida fondista nacional; Anderson Callejas, mundialista en las categorías sub-18 y sub-20; Fabián Hinestroza, medallista de plata de los 3.000 m obstáculos en los Juegos Nacionales de 2019; Alejandra Sánchez, podio en varias competencias de fondo, campeona nacional universitaria en 5.000 metros planos; Jaganatha Sánchez, el juvenil más ganador de los últimos años, campeón suramericano de 5.000 metros y de cross country, y quien viene de ser cuarto en el Nacional de Cross Country, ahora en categoría élite, y Subhadra Sánchez, reciente campeona nacional de cross en la categoría sub-20, subcampeona suramericana de la misma especialidad y de los 3.000 metros, y con gran proyección.
La lista es interminable. Son cerca de 50 niños y jóvenes que hacen parte del club, que no solo saca talentos para el atletismo colombiano, sino que es un ejemplo para todos los clubes e incluso las ligas del país. Se financian con actividades en las que participan los padres de familia y los propios deportistas.
En los últimos tres años, la curva de aprendizaje ha sido importante, ya que incursionaron en un proyecto agrícola, venden empanadas, llaveros y otros artículos; buscan canjes con restaurantes, con el comercio local y con las marcas deportivas, para estar siempre bien uniformados en los eventos a los que asisten. Igualmente organizan la Carrera Atlética 10k Fundación Bertha Sánchez (en la segunda semana de octubre) y recientemente lanzaron su propia marca de café, Café con Honor, para seguir haciendo historia y enseñarles a los jóvenes que no solo hay que entrenar duro, sino ser disciplinados y esforzarse para salir adelante.
Pero además de buenos deportistas tienen la obligación de estudiar y ser profesionales, para convertirse en atletas integrales. Sandra Sánchez fue marchista y cuando estaba a punto de irse del alto rendimiento la motivaron para que entrara a la universidad. Su entrenadora, Bertha, incluso, le ayudó a pagar el primer semestre para impulsarla a dar ese primer paso.
«Con los pocos recursos que conseguía en las competencias y con la ayuda de la fundación pagué los primeros semestres y después fui becada como deportista y pude terminar como Profesional en Seguridad y Salud en el Trabajo, de la Universidad del Quindío», cuenta Sandra, quien hoy en día está vinculada laboralmente al club y recibe un sueldo.
Alejandra es otra de las atletas que ha llevado su carrera deportiva de la mano con la academia. Con apenas 23 años es ingeniera de alimentos, entrena en las mañanas, sale a trabajar a una compañía de productos lácteos y es de las más antiguas en el club, fue Selección Colombia en las categorías menores y estuvo con los procesos del profesor Abadía desde que era muy niña, influenciada por su tía Bertha, quien la llevaba al estadio.
«El club tiene una misión grande, porque aparte de formar buenos atletas forma personas íntegras en lo personal y lo profesional. Siempre se ha inculcado eso en los atletas», manifiesta Robert Hernández, representante legal y cabeza visible en la labor administrativa y organizativa del club, quien además ayuda a gestionar las becas para los atletas.
Y así como ellas, los más jóvenes quieren seguir sus pasos. Subhadra, por ejemplo, acaba de graduarse de bachillerato, estudió inglés y gestiona su ingreso a la universidad. Jaganatha también es bilingüe y estudia quinto semestre de ingeniería de sistemas; Juan Pablo Galeano, otro de los marchistas juveniles y campeón nacional, es el mejor estudiante de su colegio, y así se podría contar la historia de cada uno de los jóvenes que se forman en el club.
Varios de ellos, incluso, viven o se quedan por temporadas en la casa de Bertha, donde reciben alimentación y se forman como personas útiles y que valoran cada oportunidad que les brindan en la fundación.
«El ‘profe’ Abadía fue el que inició el proceso, y en el 2014, antes de fallecer, me empezó a mostrar los pormenores de cada atleta, sus fortalezas y debilidades. Después, me di cuenta que estaba abonando el terreno para que yo me quedara con ellos y siguiera con legado», cuenta Bertha Sánchez, quien recalca la importancia de formarse para cuando la vida de los atletas termine, a pesar de que ella no quería ser entrenadora, pero era la ‘luz de los atletas’, como me decía el profesor Abadía.
Y es que Bertha, más que una entrenadora es una madre para todos estos muchachos. Se preocupa por su alimentación, por su formación y por su disciplina. En ocasiones reconoce que les habla duro, pero como toda mamá, siempre tiene la razón y sabe que es por el bien de ellos. «A veces hasta se vuelve uno el psicólogo de los padres, porque manejar personas no es fácil, y estas obligaciones se vuelven una carga para uno, pero así lo soñó el ‘profe’ y queremos seguir con su legado», recalca.
Por todo eso, esta fundación no solo es un ejemplo para el deporte colombiano, sino una motivación para que los demás atletas tengan una formación integral y que vean en el atletismo una oportunidad de salir adelante, independientemente de que sean campeones o no.