El Campeonato Nacional Sub-23, que se llevó a cabo en la pista del estadio Luis Enrique Figueroa, de La Flora, en Bucaramanga, dejó varios hechos para destacar y que queremos evaluar desde las páginas de Runningcolombia.
Las marcas destacadas:
Este campeonato es de vital importancia para el proceso deportivo de los atletas, porque es en el que se hace la transición de la categoría juvenil a la de mayores. Es aquí donde se hace el filtro para seleccionar a los que seguirán en el proceso del alto rendimiento. Y en ese sentido, las marcas son las que hablan.

En líneas generales, las marcas no fueron buenas, incluso, en muchas pruebas los mejores registros son inferiores a los de un torneo de categoría sub-20, en gran medida, porque muchos de los atletas que estuvieron en Bucaramanga, aún están en esta categoría, pero cumpitieron en el nacional sub-23.
De hecho, las dos marcas nacaionales que se impusieron fueron las de dos atletas sub-20: Ronal Longa, en los 100 metros (10.23) y María Alejandra Murillo, en los 100 metros vallas (13.81).
La implementación
Muy loable que Bucaramanga haya llevado a cabo el Campeonato Nacional Sub-23 sin tener implementación en su estadio. Ya era hora de que la capital santandereana realizara un gran certamen deportivo en su renovada pista, apta para hacer buenas marcas. Sin embargo, la implementación tuvieron que pedirla prestada a Barrancabermeja, aunque no llegaron las colchonetas y tuvieron que improvisar unas para el salto alto, pero no se pudo realizar la prueba de salto con pértiga.

Es urgente que las autoridades locales gestionen dicha implementación, que podría costar unos 1.800 millones de pesos, con cronometraje electrónico incluído. Una ciudad como Bucaramanga y una pista como la del estadio de La Flora, deben tener y merecen su propia implementación.
La uniformidad de las delegaciones
En este Campeonato Nacional Sub-23 y en varios nacionales ya se está volviendo costumbre que las ligas o los mismos atletas, no cumplan con el reglamento de usar el uniforme de su liga deportiva. Muchos usaron el de sus clubes, el de su marca patrocinadora o el de su preferencia, sin ninguna referencia. Y en el reglamento se estiplula que es en la cámara de llamados que se debe verificar (citamos textualmente):
1. Identificación de los deportistas mediante dorsal
2. Comprobación de uniforme de atletas
3. Inspección de pertenencias personales
4. Comprobación de zapatillas y clavos (número, forma y tamaño). Las zapatillas deben cumplir con la regla técnica 5 del reglamento de World Athletics (SIC). Y ajunta el enlace del listado de zapatillas aprobadas.
Y en cuanto a las zapatillas, nuevamente, como ocurrió con el Nacional de Mayores en Bogotá, algunos atletas se quejaron que no las revisaban y permitían a otros competir con calzado con placa de carbono, especialmente en las pruebas de semifondo y fondo.
La transmisión
Las ciudades intermedias han dado ejemplo en cuanto a la importancia de la transmisión de los campeonatos por streaming. En los tiempos modernos, estas transmisiones han sido fundamentales y deberían ser requisito, e incluso presupuestarse en el juzgamiento y en el plan de medios. Independientemente de la calidad de la producción, los campeonatos nacionales deben tener transmisión y medios aliados para la difusión del evento.
La premiación
Los campeonatos nacionales se premian por puntuación, hecho que muchos han criticado porque en los eventos internacionales lo que prima es la medallería (item que Runningcolombia dio a conocer en los resultados). Algunos delegados solicitan en los torneos que se premie por medallas y no por puntos, pero la discusión radica en que si se hace por medallas, las ligas, especialmente las grandes, van a enviar delegaciones más pequeñas, pensando solo en las posibilidades de medallas, como ocurre en los Juegos Nacionales.

Y en este sentido, Antiquia llevó a Bucaramanga 59 atletas, de los cuales 20 eran de la reserva deportiva (sub-18), hecho que ayuda a desarrollar el atletismo y a mejorar el nivel, pero si se premiara por medallas, quizás estos jóvenes no serían tenidos en cuenta. Pero, al mismo tiempo, las ligas y los institutos departamentales, miden los resultados por medallas y no por puntos, para los apoyos a sus atletas. He ahí el dilema y por eso el sistema de puntos debe continuar, sin abandonar ni hacer caso omiso a la medallería.