«Qué tristeza».
Con esas lapidarias dos palabras comenzó la conversación con Carlos Mario Grisales, poseedor del récord nacional de maratón, vigente desde el 15 de abril de 1996, hace ya 24 años.
«Las cosas tienen que evolucionar porque la vida no es estática. Cuando yo hice el récord nacional estaba a cinco minutos de la marca mundial. Desde entonces lo han mejorado cuatro minutos más y nosotros seguimos ahí», recalca Carlos Mario, haciendo referencia a su registro, logrado en el Maratón de Boston.
Y ese estancamiento, considera Carlos Mario, es porque los atletas «están desenfocados. Ser profesional no es devengar dinero, sino tener claro lo que se quiere desde un principio».
Lo dice porque desde que empezó en el atletismo, a los 17 años, sabía que quería correr maratón, pero sus mejores resultados llegaron cuando se acercaba a los 30 años.
Debutó en la distancia de los 42,195 kilómetros, en el Maratón de Boston, en 1991, con un quinto lugar y una marca de 2:12:33. Cuatro años más tarde, en el Maratón de Chicago de 1995, logró la marca de clasificación para los Juegos Olímpicos de Atlanta, al registrar 2:13:41.
En las justas de Atlanta 1996 terminó en el puesto 11, con una marca de 2:15:56, el mejor resultado de la historia de los maratonistas colombianos en unos Juegos Olímpicos.
Cuando impuso el récord nacional, llegó en el puesto noveno, con 2:11:17, tras superar por cuatro segundos el 2:11:21 que había logrado Domingo Tibaduiza, en Nueva York 1983.
«Ese día recuerdo que hizo mucho viento en los últimos 10 kilómetros, lo que nos perjudicó en las marcas. El ganador se esperaba que hiciera 2:07 y terminó con 2:09 (fue el keniano Moses Tanui, con 2:09:15)», cuenta Grisales, quien era entrenado por Álvaro Mejía, campeón en esa misma carrera en 1971.
«Esa vez se hizo allí el selectivo de Kenia para los Olímpicos de Atlanta y por eso el nivel fue muy duro», recalca Carlos Mario, quien también había estado en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, donde se retiró.
El secreto para lograr esos resultados fue «ir a la fuente», como considera a Álvaro Mejía, con quien cambió muchas cosas y lo hizo entender que el secreto del maratón era terminar bien.
«Yo era un corredor lento, pero aún así tenía una marca de 1:02:43 en media maratón y eso me sirvió para trabajar y lograr buenos registros», agrega Carlos Mario, y a su vez llama la atención de que los corredores de ahora ven el maratón como la última opción y para él siempre fue la primera.
Tan es así, que en las últimas dos décadas, los únicos corredores colombianos que han logrado bajar de 2:15 son, en su orden, Alirio Carrasco (2:12:08), en Chicago 2003; Juan Carlos Cardona (2:12:27), en Boston 2011; Jason Gutiérrez (2:13:23), en Los Ángeles 2011, y Jeisson Suárez (2:14:48), en Dusseldorf 2019.
El reto para la nueva generación de atletas está en romper la marca de Carlos Mario Grisales, porque además, el registro para clasificar a los Juegos Olímpicos está fijado en 2:11:30, a tan solo 13 segundos del récord nacional, que ya cumple 24 años.