La experiencia de la Media Maratón del Mar, una prueba que no se corre, se vive

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La Media Maratón del Mar es, sin duda, la carrera más espectacular que se realiza en Colombia. No en vano, las inscripciones se agotan pocos días después de que se abre el proceso, y según cifras de los organizadores, el 75 por ciento de los participantes son de fuera de la Costa Atlántica.

Y es que lo que se vive desde el comienzo en el Puerto de Cartagena, con el amanecer, las grúas, los fuegos pirotécnicos; el recorrido por los lugares más representativos de la Heroica, la ruta por la ciudad amurallada y el centro histórico, y la entrada a la Base Naval (para los que corren los 21 km) la hacen especial.

La historia de esta nueva aventura de running comenzó en diciembre de 2023, después de un año bastante agitado por el trabajo, con viajes y prácticamente desvinculado de la actividad deportiva, salvo algunas rodadas en bicicleta los fines de semana.

Llegamos de los Juegos Nacionales y Paranacionales del Eje Cafetero, después de un mes radicados en Armenia, hasta el 10 de diciembre, dos meses antes de la Media Maratón del Mar.

El ambiente durante todo el recorrido es inigualable.

Empezamos a retomar la actividad física con una o máximo dos salidas a trotar entre semana y una rodada en bicicleta de ruta los fines de semana, con todo lo que conlleva hacerlo en plena época decembrina, no solo por las festividades, sino por los cubrimientos periodísticos en las múltiples carreras de la temporada.

En enero intensificamos las salidas a correr, aunque no más de tres veces por semana e iniciamos con los primeros fondos, los domingos, con rutas entre los 13 y los 17 kilómetros (alcanzamos a hacer cuatro de esos recorridos). Una semana antes de la carrera, nos dejamos convencer para ir a ver el paso de la última etapa del Tour Colombia y subimos con un amigo el Alto de Patios, trotando. Al final, la ruta la completamos en 33:01, a un ritmo promedio de 6:30 minutos por kilómetro.

Y así llegó la última semana previa a la Media Maratón del Mar, con trotes suaves. Sabíamos que no era suficiente el entrenamiento, pero el reto era registrar los primeros 21 kilómetros oficiales en menos de dos horas, objetivo que finalmente se logró, con 1:58 en la meta, ubicada en el Centro de Convenciones de Cartagena.

Y en cuanto a la carrera, y que no suene a excusa, por el trabajo de actualización de la página RunningColombia y el cierre de la revista digital, no pudimos descansar lo suficiente (menos de tres horas de sueño), además de que comimos un poco tarde, eso sí con una buena charla y el menú recomendado de Nicolás Herrera, atleta del Equipo Élite Asics, y Andrés Martínez, influenciador, entrenador y corredor.

Los charcos en el centro histórico, el lunar de la carrera.

La madrugada fue a las 2:30 de la mañana, porque el bus para llegar al Puerto de Cartagena salió a las 3:00 a.m. Llegamos bien temprano, para evitar problemas con los cierres viales, y de inmediato empezó la logística para que alguien llevara los equipos de fotografía al punto de meta, mientras nosotros nos dedicábamos a correr.

Al final, un dirigente se ofreció a llevarlos, pero a su vez, teníamos que estar pendientes del resultado de los colombianos en el Maratón de Sevilla (España). 45 minutos antes de la partida de la Media Maratón del Mar, faltaban dos kilómetros para que David Gómez, quien debutaba en maratón, terminara su carrera en España, donde finalmente llegó con un tiempo de 2:11:27, siendo el mejor colombiano en la prueba.

Nos dirigimos al punto de partida, hicimos algunas tomas, tratamos de calentar un poco y publicamos, inicialmente en redes sociales, el resultado de David en Sevilla. No consideré que fuera necesario ir más adelante en la salida, gran error, porque aunque el puerto tiene 16 metros de ancho, después del primer kilómetro se hace un embudo en el que literalmente se tiene que caminar.

Además de comenzar desconcentrados, tuvimos ritmos entre 6:20 y 6:30 por kilómetro en los primeros 2.500 metros, cuando el objetivo estaba en ir a 5:15 o 5:30. Logramos coger un buen paso a partir del kilómetro cuatro, cuando los primeros damnificados de la altísima humedad empezaban a quedar a un lado de la vía.

Después del kilómetro 7 se bordea la Ciudad Amurallada y se entra al centro histórico, el ambiente es inigualable y los paisajes incomparables. Es inevitable no parar a hacer algunas tomas con el celular, además porque nos servirían para los posteriores registros en RunningColombia.

Sin embargo, en medio de los hermosos balcones y calles de la Cartagena antigua, los más de 8.000 atletas participantes tuvimos que sortear los charcos, en algunas ocasiones de aguas negras, que había en la vía. Para evitar uno de esos charcos los atletas nos subimos a un andén y pasamos por detrás de un punto de hidratación, literalmente en fila y caminando, lo que hizo que los ritmos se subieran de nuevo, cuando habíamos llegado incluso a bajar de 5:00 minutos por kilómetro.

La recompensa es la medalla y el recuerdo de la foto con el mar de fondo.

Después de esa zona, los corredores de los 10 kilómetros desviaban al punto de meta y los de 21 km tomábamos la ruta a Bocagrande y Castillo Grande, donde también había algunos charcos, pero que lograron minimizar con el uso de motobombas (lo que también se debió hacer en el centro histórico).

A esa altura ya la temperatura se aliaba con la humedad, para seguir dejando damnificados en la ruta, pero el ambiente era inigualable. La gente sale a animar con parlantes en las calles, arma comparsas y hasta saca mangueras para refrescar a los corredores. En esa ruta de ida y vuelta por Castillo Grande, uno no sabe si correr o parar a tomarse fotos, sin saber que lo mejor está por venir.

Esa entrada a la Base Naval es, literalmente, una cosa de locos. Con los marinos perfectamente uniformados animando al lado y lado de la ruta, con una bandera de Colombia gigante que bordea toda la base, los corredores nos adentramos al muelle donde están los enormes barcos y buques de la Armada, desde donde salen chorros de agua, que caen como del cielo.

La medalla de la Media Maratón del Mar, es sin duda, la mejor de Colombia

En ese momento faltan solo dos kilómetros para la meta y a pesar del cansancio, las energías brotan como si estuviera en la salida. La gente animando, los gritos de falta poco, el letrero del último kilómetro y la entrada nuevamente al centro histórico, hacen que usted se sienta Jeisson Suárez (el ganador de la carrera), a pesar de que los últimos 300 metros, desde el monumento de los Pegasos, se hagan eternos, por las curvas que hay que hacer para llegar al Centro de Convenciones.

El paso por la meta no se puede describir, toca vivirlo, y la recompensa de recibir la mejor medalla que se entrega en Colombia, se convierten en el mejor premio.

PD: Los invitamos a que ustedes también escriban su propia historia para publicarla en nuestra web.

Esta nota fue posible gracias a una invitación de Asics Colombia.