Samuel Salazar / Director www.laveintitres.com
Hay muchas historias para contar de Carlos Mario Patiño, La Potra, uno de los atleta de carreras de calle que más proyección tiene hoy en el país y que está rematando un año dorado que incluye más de 15 podios en competencias de todos los niveles y categorías por todo el territorio nacional.
Su reconocimiento ha llegado a tal punto que los organizadores de cuanta carrera que se programa en el país quieren contar con su presencia. Ya las épocas en las que tenía que pagar por la inscripción o instalarse obligatoriamente en el podio para garantizar unos ingresos quedó en el pasado. ‘La Potra’ está hoy también en ese selecto grupo de validadores al que acuden las empresas de ropa deportiva, comida, zapatillas, bebidas hidratantes o accesorios, para que presenten los productos a ante sus seguidores.
Y siempre está dispuesto a ir donde lo inviten desde que no tenga compromisos ya establecidos que lo impidan o que se atraviese alguna molestia o lesión que le obligue a parar. Pero mientras su cuerpo responda, allá les llega, así sea un poco tarde como ocurrió este año en La Dorada, Caldas, a donde viajó para participar en la carrera atlética Corre 5:10 con su amigo y también atleta Juan Camilo Marín.
Esa noche les dio las dos de la mañana conversando en la habitación y la carrera era a las 6:00 a.m. Como se dice coloquialmente, les cogió la tarde, se iban quedando dormidos, y se presentaron 3 minutos después de que ya todo el mundo estaba en competencia, pero pese a ese percance, Patiño ganó y Marín ocupó el cuarto lugar.
Desde el día en que descubrió que el futuro estaba en sus piernas han pasado más de cinco años. Entonces no había terminado su carrera de preparador físico, era medio vago y las malas amistades que cultivó cuando formaba parte de la barra Holocausto del Once Caldas, lo inducían a algunos vicios.
Su único vínculo con la actividad física eran el fútbol y los viajes en bicicleta desde el restaurante a los hogares de los clientes que ordenaban pizza, donde trabajaba como domiciliario. Pero, como dice el dicho popular “al que le van a dar le guardan”, pese a que no quería asistir porque estaba trasnochado, terminó haciendo caso de los ruegos de su novia, Camila Roldán, y se fue al Bosque Popular El Prado a cumplir la cita con su profesor de atletismo, quien para que no perdiera la asignatura lo obligó a participar allí en una carrera atlética.
Ese día descubrió que era un ganador. Se impuso en la prueba pese a que corrió con zapatillas de fútbol de salón. A los pocos días descubrió, en una segunda prueba a la que asistió por voluntad propia, que en media hora se podía ganar lo que en 15 días le pagaban por entregar pizzas. Y desde entonces, esa es su vida y con sus 72 kilos de peso y 1,82 metros de estatura, ha conocido a Colombia compitiendo en las calles de grandes capitales las ciudades intermedias y pequeñas.
Condiciones excepcionales
De sus condiciones se dieron cuenta inmediatamente los entendidos y con el pasar de los años ha ido perfeccionando su método de preparación para hacer de esta actividad su modo de supervivencia. Por eso se dedicó a las carreras de calle y a buscar sus premios que siempre son en dinero en efectivo. Y por eso también se alejó de la posibilidad de representar a Caldas y a Manizales en competencias nacionales.
El presente de Carlos Mario Patiño, quien habló con La Veintitrés de lo que ha sido éste, el año del gran salto en su carrera, da cuenta de que ya tiene con un sponsor nacional, Mis Carnes Parrilla, y corre en representación de la Liga de Atletismo de Bogotá. Cada día crece el número de marcas que lo apoyan utilizando su nombre para promocionar sus productos.
El próximo mes de diciembre, por ejemplo, estará en Cartagena compitiendo en el Ironman 70.3. una famosa e internacional prueba de triatlón por equipos, y en la que competirá representando a Gatorade. La competencia arranca con 1.9 kilómetros de natación, 90 km de ciclismo y 21.1 km de carrera a pie. Este último tramo lo hará ‘La Potra’. Y como este compromiso es el primero de diciembre, Patiño no podrá estar en la Segunda Media Maratón de Manizales, donde esperaba revalidar el primer lugar que alcanzó el año pasado.
Un año de gloria
El año atlético para Carlos Mario Patiño ha estado colmado de muchos triunfos y satisfacciones. Este es su palmarés en la primera parte del año:
- Segundo en Cartagena (Media Maratón del Mar) el 18 de febrero
- Segundo en Armenia (Media Maratón del Quindío) el 17 de marzo
- Primero en el Área Metropolitana de Cúcuta (Media Maratón Patiense)
- Primero en Medellín (Parceros Run 15K)
- Primero en la Maratón de Barranquilla tras recorrer los 42 kilómetros 195 metros en un tiempo de 2 horas 20 minutos y 13 segundos.
- Primero en la Maratón del Valle, disputada el 26 de mayo
- Primero en la Media Maratón de Chinchiná
Además, el 9 de junio de este año repitió su actuación del año pasado y ocupó el segundo lugar en la Media Maratón de Cali, detrás del tolimense Jeisson Suárez, considerado como el mejor maratonista del país, quien compitió en los Juegos Olímpicos de Tokio.
El 30 de julio corrió la Media Maratón Internacional de Bogotá, la prueba más importante del país, en la que participaron más de 40.000 atletas, y se clasificó en el puesto 12, siendo el segundo mejor colombiano de la prueba.
Reapareció el 12 de agosto y ocupó el segundo lugar, detrás de un atleta keniano, en la Media Maratón Internacional de Palmira, prueba en la que además realizó su mejor marca para la distancia, con 1:05.
Todo, después de ese momento estaba servido para llegar en plenitud de condiciones al gran objetivo que tenía Carlos Mario Patiño para este año: el Maratón de Medellín, en la que ocupó el segundo lugar año pasado a pocos segundos del ‘olímpico’ Jeisson Suárez, lo que le permitió darse a conocer en el mundo del atletismo nacional e internacional. El Manizaleño llegaba allí con el récord de haber sumado a ese segundo lugar en menos de un año, el primer lugar en las otras dos maratones que se corrieron este año en Colombia, las de Barranquilla y la del Valle, que se estrenó en su primera versión.
Sin embargo, nada es previsible en el deporte y lo que esperaba ‘La Potra’, que además partió como el gran favorito el pasado 3 de septiembre, era imponerse para sumar a su palmarés la triplete de maratones en el mismo año. La ya costumbre de estar entre los protagonistas, sin embargo, termino jugándole una mala pasada, en un deporte en el que no sólo se gana, también se pierde… y se llora. La competencia comenzó en medio de la lluvia y sobre los seis kilómetros del recorrido comenzó a sentir molestias en los isquiotibiales (parte trasera de las piernas, arriba de la rodilla). Pese al dolor, aguantó en el grupo de los líderes hasta el kilómetro 24, ya sobre el tradicional ascenso a Sabaneta. “Era tan fuerte el dolor que parecía que las piernas se me fueran a reventar y tuve que parar”.
“Lloré mucho, quería ganar, me preparé todo el año para ello, pero tengo que reconocer que fallé en la preparación y llegué a la carrera con mucha sobrecarga. Pensé que un mes antes en Palmira iría suave suave, pero a veces lo embarga a uno la emoción y el ir al lado del keniano me motivó y me exigí al máximo para quedar de segundo… y allí pudo estar el error”, le explicó a La Veintitrés el deportista.
De la lesión que lo obligó a retirarse de la Maratón de Medellín ya se recuperó y reapareció el 27 de octubre con un sorprendente segundo lugar en la Media Maratón de Cundinamarca, disputada en Zipaquirá. El 3 de noviembre fue tercero en La Media Maratón del Café, en Pereira. Y el pasado domingo 17 de noviembre, se impuso en la primera versión de la Media Maratón de Tuluá.
Su año deportivo aún no termina, después del relevo de atletismo en el Ironman de Cartagena, ya está confirmada su participación en la Media Maratón de la Ciudad Bonita, en Bucaramanga, el 15 de diciembre.
Y el próximo año llegará con nuevas noticias para el atleta manizaleño. La Veintitrés conoció que varios equipos de marca que reclutan atletas élite en el país están interesados en tenerlo y armarle un plan de preparación que no incluya tantas competencias, pero sí varias participaciones en eventos internacionales.
