A Lorena Arenas le pasó algo similar a lo de Eider Arévalo. Cuando fue campeona mundial juvenil y rompía todas las marcas nacionales; todos, absolutamente todos, dirigentes, periodistas, patrocinadores y entidades del deporte, la pusimos en un pedestal sin dejarla quemar sus etapas.

Cuando participó en los Juegos Olímpicos de Londres siendo apenas de la categoría juvenil, ya queríamos que llegara con una medalla.

Sin embargo, las marcas a nivel mundial estaban lejos de las que ella hacía, incluso dos minutos por encima, pero surtiendo un proceso, que solo ella y su entrenador entendían y asimilaban.

Aunque en el país lo ganaba todo, por fuera tuvo que sufrir derrotas y aprender cada día más, además de conocer a sus rivales.

Vienieron los diferentes certámenes del ciclo olímpico rumbo a Rio 2016, donde terminó un puesto más atrás que en Londres 2012.

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Lorena Arenas fue quinta en el Mundial de Londres 2017

Y empezó a mostrarse con victorias en los challenge de la Iaaf, las marcas por debajo de 1:30 se empezaron a volver cotidianas (tiene el récord nacional con 1:28:10).

El año pasado fue quinta en el Mundial de Londres, la mejor actuación histórica de una marchista colombiana, ganó la medalla de oro en los Juegos Bolivarianos y el fin de semana pasado obtuvo una nueva victoria, esta vez en el Meeting de Dudince (Eslovaquia).

Allí hizo la carrera que quiso, a su ritmo y a pesar de no tener gran resistencia de sus rivales, obtuvo una gran marca (1:28:48), que la dejan quinta en el escalafón mundial, a menos de dos meses del Mundial de Taicang (China).

«Esperaba esta marca porque hemos venido entrenando muy fuerte para ello y esta era la competencia en la que teníamos que ver la marca con miras al mundial», le dijo Lorena a www.runningcolombia tras la competencia en Dudince.


Después de su quinto lugar en el Mundial, está convencida de que está para lograr cosas aún más grandes.

«Los resultados me dan la seguridad para darle mejores resultados a mi país y ha sido fundamental el apoyo que hemos recibido especialmente para las concentraciones, lo que facilita más un mejor resultado», considera.

Sabe que ya es una referente en el mundo, pero eso la llena de fortaleza y confianza para soñar con una medalla mundial u olímpica.

«»Voy por un buen camino y estar entre las cinco mejores es algo bueno para mi país, eso nunca lo habíamos tenido en la marcha femenina. Voy por buen camino y creo que sí se puede lograr», insiste.

Su próxima competencia será precisamente el mundial, donde no solo ella, sino sus compañeros, el equipo multicisciplinario y el país esperan una medalla, pero con la tranquilidad de que puede ser ahora o en el momento que sus piernas se lo permitan, porque ha quemado todas las etapas y aún tiene mucho futuro por delante.