En el mundo del atletismo se han visto muchas cosas en busca de victorias, como el caso de la bahameña Shaune Miller-Uhibo, quien se coronó campeona olímpica de los 400 metros planos tras botarse en plancha el la propia línea de meta.
La semana pasada, el estadounidense Infinite Tucker, en una campeonato universitario, hizo lo propio al verse casi vencido y se lanzó al mejor estilo supermán para quedarse con el primer lugar en los 400 metros vallas.
Y en Colombia ocurrió otro caso, pero en esta ocasión no fue intencional, en los 400 metros planos de las damas, del Gran Premio Internacional Caterine Ibargüen.
En la primera serie, la risaraldense Angie Melisa Palacios, uno de los nuevos talentos, que cumple su primer año en la categoría sub-23 (nació el 9 de julio de 1999), se cayó de manera aparatosa, a menos de cinco metros de la meta.
Al parecer, y producto también del cansancio, uno de los clavos de sus zapatillas se quedó enterrado en la pista del estadio Rafael Cotes e hizo que la atleta perdiera el equilibrio. No pudo reincorporarse de inmediato cuando le faltaba menos de un metro para cruzar la línea de meta.
Gateó y pasó arrastrada, con dolor, pero afortunadamente sin mayores consecuencias, más que un par de raspaduras.
Al final, como se ve en la imagen del photo finish, cruzó tercera de la serie, con un tiempo nada despreciable, de 56.73, que la clasificaron novena entre las tres series.
El hecho alcanzó a alarmar a los asistentes al estadio, pero tras ser atendida por los médicos el hecho quedó como una historia más en su carrera deportiva.