Foto home: Erik Aguilar / Correr sin Fronteras
El año pasado, exactamente el 2 de mayo de 2019, Gerard Giraldo acabó con una de las marcas más antiguas del atletismo colombiano, la de los 5.000 metros, que estaba en poder de Domingo Tibaduiza, desde 1978.
Gerard, integrante del Equipo Porvenir, llegó a San Francisco (USA) el jueves previo a la competencia del fin de semana, procedente de Los Ángeles, donde había competido 15 días antes, en los 10.000 metros y en los 5.000 metros.
En California había marcado los dos mejores tiempos de su carrera en esas distancias. 13:33:38 en 5.000 metros, y 28:33:50 en los 10.000 metros.
Pero detrás de esas marcas hay muchas historias, como cuando después de la competencia en Los Ángeles fueron a comer a un restaurante chino con varios atletas colombianos que también estaban allí.
Como es costumbre, les dieron una galleta de la suerte y en ella había un papel que tenía el número 1322. Andrés López, viendo lo que había hecho Gerard en la pista de San Francisco, le dijo: ‘parce ud va a correr 13:22 en el Payton’.
Cuando viajaron a San Francisco, llegó con su amigo Iván González, quien le había ayudado a lograr aquella marca de 13:33 15 días antes, y quien en el Payton se le mediría a los 10.000 metros. Iván salió a comer, pero Gerard se sintió indispuesto y no quiso ir.
Ellos se cuidan mucho con la alimentación y por eso buscan restaurantes de calidad aunque les cueste un poco más. Iván pidió unas pastas, y cuando llegó al hotel se sintió mal y una hora después empezó a vomitar. Se había intoxicado.
Por su puesto, Iván no tuvo la mejor competencia. No se pudo recuperar y terminó con 29:48, a pesar de la molestia. Los nervios y la presión se habían apoderado de Gerard, porque muchos compañeros le decían que iba a poder bajar la marca de 13:29, para quedarse con el nuevo récord nacional.
«En el calentamiento hablé mucho con el brasileño Ederson Vilela, el campeón panamericano de 10.000 metros, que tiene 13:23:20 en los 5.000 metros, y me insistió en la importancia de pasar el 3.000 en 8:05», recuerda Gerard.
Y así fue. Pero cuando faltaban esas cinco vueltas para el final, sintió que el lote bajaba el ritmo y eso lo perjudicaba en busca de su objetivo. Decidió entonces ponerse al frente sin importar que se le ‘acabara la gasolina’ al final.
Se alcanzó a asustar cuando Yomif Kejelcha lo pasó faltando 1.000 metros y le tomó una ventaja considerable. Pensó que no iba a lograr el objetivo. Sin embargo, después de revisar los tiempos, esa referencia le sirvió incluso para ser más rápido en la parte final.
«Hice el último 1.000 en 2:33 y Kejelcha lo había hecho en 2:23…»
Confirmó que iba a lograr el objetivo, cuando vio el reloj al paso de la última vuelta, que marcaba 12:20. «Puedo hacer hasta 1:07 para mejorar la marca», pensó.
Incluso, cuando faltaban unos 120 metros miró hacía atrás y saludó a Carolina Tabares, también del equipo Porvenir, y a Víctor Ocampo, entrenador, que estaban en la curva del 200, y les pidió aplausos.
Pasó en 13:21:31 e hizo historia en el atletismo colombiano, para sumarle una marca más a las otras dos que tiene, en los 1.500 metros y los 3.000 metros con obstáculos.
Pero meses después, analizando la carrera, considera que la celebración antes de tiempo, cuando faltaban 100 metros, le hizo perder, quizás, el récord suramericano, que está en poder, nada más y nada menos, que del brasileño Marilson Gomes do Santos (13:19.43).
«Yo pensaba que ese récord estaba en 13:12», reconoció Gerard, en una conversación con Runningcolombia, a través de Instagram.
Espere más adelante la historia del récord de Gerard Giraldo en primera persona.