La medalla de plata de Anthony Zambrano es la séptima de la historia para Colombia, el cuarto atleta nacional en lograrla y la primera en una competencia de pista.

Sin duda alguna un logro gigante para el atletismo colombiano y suramericano, porque además lo hizo con récord para el área, al cronometrar 44.15 y pulverizar una marca que estaba vigente desde hace 28 años.

Por todo eso, todo lo que se diga es poco y es mejor que sea el campeón en contar parte de lo que fue su hazaña.

«Primero que todo le doy las gracias a mi entrenador (Nelson Gutiérrez), a mi madre (Miladis), a mi fisio, a toda mi familia y a mi grupo de entrenamiento. A todas esas personas que creyeron en mi cuando estaba decaído.

Pero quiero agradecer especialmente a mi entrenador y a mi fisio, Caridad Martínez, que me cogieron cuando no tenía un plato de comer. Y no es rencor con nadie, porque si estuve así fue por indisciplina mía. Ellos me ayudaron a recapacitar y a darla toda ahora para entrenar día a día con mucho sacrificio.

Y mira dónde he llegado y a dónde puedo llegar si sigo entrenando así. También quiero agradecer a los periodistas que son los que los muestran a uno. Venía haciendo historia desde Cali 2015 y aunque se guardó Zambrano, se recuperó. Tercer mundial para Zambrano y quedó segundo, al lado de grandes corredores.

«Les pude ganar a grandes corredores, con mi técnica y lo que venía entrenando. Logré el objetivo. Aunque dejé ir un poco al bahameño, pero para eso hay más competencias y sé que en un futuro lo vamos a lograr».