En el 2016, Yesid Orjuela hizo la marca mínima de clasificación para los Juegos Olímpicos de Rio, en la distancia de maratón.

Sin embargo, una delicada infección pulmonar lo tuvo al borde de la muerte. Una recaída tras otra, un problema nuevo que aparecía en su proceso de recuperación y el dolor de no poder hacer lo que más le gusta lo tenían no solo triste, sino deprimido.

Caminar, subir un par de escaleras o el más mínimo esfuerzo eran un martirio que padecían, no solo él, sino toda su familia.

Pero la paciencia, al mejor estilo de Job, el personaje bíblico que soportó de todo sin perder la fe, lo animaron para seguir viviendo, para seguir corriendo.

Empezó con una sencilla caminata, después un pequeño trote y más adelante ya se le medía a las carreras de calle bogotanas, e incluso recibió una invitación a África, donde hizo una media maratón.

El año pasado, reforzó el equipo de los atletas de El Tunal, para ganar en esta modalidad en la Allianz 15K, un golpe anímico que lo hacía resurgir una vez más.

Sin embargo, venían más recaídas u otras afecciones, producto del tratamiento que tuvo que seguir tras la cirugía en el 2016.

Dos años más tarde, Yesid, el hermano de Angie Orjuela, del Equipo Porvenir, una de las mejores fondistas colombianas de la actualidad, quien ha sido uno de sus bastones y motivadoras principales, obtiene la más grande recompensa en su vida.

Este sábado 10 de marzo, en el Washington Marathon, el atleta bogotano terminó segundo, con una marca de 2 horas, 25 minutos y 46 segundos, solo superado por Tyler Andrews, el vencedor, con 2:20:47. El podio lo completó Samuel Lapp, con 2:34:58.

«Este maratón era más un desafío conmigo mismo y no contra los demás competidores. Tuve momentos difíciles pero las ganas de superarlo eran más grandes», contó Yesid.

Sin duda un resultado que lo levanta anímicamente pensando en cosas grandes para el futuro, sobre todo porque era su primera maratón después de dos años y en medio de condiciones difíciles, con terreno quebrado y temperaturas bajo cero grados.

«Fue un segundo puesto al que puse alma, mente y corazón. Quiero agradecer a Dios y a mi familia por permitirme estar de nuevo en un maratón. A mi entrenador, Humberto Ramírez, quien creyó siempre en mí a pesar de tantas dificultades», dijo Yesid, quien hace parte de los ‘pacers’ del Club de Corredores de Nike (NRC), otra actividad que lo motivó para seguir soñando.

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