Álvaro Mejía Flórez, el atleta colombiano que le abrió la puerta a la generación dorada del fondismo, en la década de los años 60 y 70, falleció este martes 12 de enero, a la edad de 80 años.
El ex atleta antioqueño había sido operado recientemente de un cáncer de próstata y se estaba recuperando, pero en los últimos días se sentía molesto por los medicamentos que tomaba, como se lo dijo a Rubén Guevara, amigo y atleta de la época de Mejía, en una conversación telefónica, el pasado domingo.

Tras los quebrantos de salud, Álvaro fue llevado a la Clínica Méderi, en Bogotá, y era acompañado por su sobrino Juan Carlos Mejía. El centro asistencial confirmó la muerte del atleta colombiano, a la 1:15 p.m., producto del cáncer que padecía.
Mejía fue el pionero de aquella generación de grandes atletas colombianos, como quiera que fue el primer colombiano en ganar en la tradicional Carrera de San Silvestre de Brasil, en 1966, año en el que también venció en la Media Maratón de Coamo y se empezó a perfilar como candidato a medallista de los Juegos Olímpicos en México 1968.
Es el único suramericano en ganar en el Maratón de Boston, en 1971, hace ya 50 años de esa gesta. El 15 de mayo del año pasado había cumplido 80 años, fecha que algunos amigos y ex alumnos atletas le querían celebrar de manera especial, pero que no llegó a final término, porque acababa de salir de su cirugía de próstata, además, en medio de la pandemia.
Entre las anécdotas de ese maratón en 1971, Mejía contó que después de la mitad del recorrido tenía los pies ampollados, por culpa del calor y que le pidió a una señora que regaba las plantas, que le echara agua en sus pies, para mitigar el dolor. También dijo que cuando llegó a la meta se sentó a descansar y a poner sus pies en agua, pero el alcalde de la ciudad lo mandó a llamar, a lo que Mejía le mandó a decir: ‘¿Quién ganó él o yo?, pues que venga hasta acá si quiere verme’.
Alvaro Enrique Mejía Flórez representó a Colombia en tres ediciones de los Juegos Olímpicos. En Tokio 1964, en los 5.000 metros; en México 1968, en los 10.000 metros, y en Munich 1972, en maratón.

Según datos manejados por el argentino Luis Vinker, estadígrafo argentino de Atletismo Sudamericano, fue el primer atleta del área en bajar de 14 minutos en los 5.000 metros y el primero en superar la barrera de las 2:20 en maratón.
Además de todas sus medallas logradas en los certámenes del ciclo olímpico. Álvaro Mejía tiene en su palmarés un récord jamás igualado, con el triplete de oro en los Juegos Bolivarianos de Quito 1965, en los 1.500, los 5.000 y los 10.000 metros, tripleta que repitió, y que tampoco han podido igualar, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Juan (Puerto Rico), en 1966.
El sueño de una posible medalla olímpica en México 1968 se empezó a tejer tras su victoria en la llamada Semana Internacional, también en México, en 1966, cuando Mejía ganó los 5.000 metros planos, superando al subcampeón olímpico, el tunecino Mohammed Gammoudi, y también ganó los 10.000 metros.

Pero la presión y las altas cargas terminaron por llevarlo a las justas olímpicas lesionado, lo que lo privó de aquella anhelada medalla. “Antes de los Juegos, mucha gente me decía que yo sería el ganador de los 10.000 metros. Yo me exigía mucho en los entrenamientos, no quería defraudar a nadie. Pero lo cierto es que llegué a México agotado, con mis piernas reventadas con exceso de kilómetros. Fue inexperiencia mía y de mis directivos”, le dijo en una ocasión a Runningcolombia.
Después de su participación en el maratón de los Juegos Olímpicos de Munich 1972 empezó a alistar su despedida, pero dejando una nueva camada de talentos con nombres como los de Víctor Mora, Domingo Tibaduiza y Silvio Salazar.
Su adiós de las competencias se dio definitivamente en 1975 y después entrenó a varios destacados fondistas, como William Roldán, Juan Carlos Gutiérrez, Carlos Mario Grisales y Alirio Carrasco.
Con su partida, el atletismo colombiano pierde a uno de los referentes para las generaciones que lo siguieron, siempre como un ejemplo a emular. Paz en su tumba campeón.