El Campeonato Nacional de mayores, que se disputó el pasado fin de semana en Bogotá, dejó varios hechos destacados para tener en cuenta, en lo técnico, lo organizativo y lo deportivo.
Título general
Muchas veces se ha criticado que definir el título del campeón por puntos no es ni lo más justo ni lo más real en cuanto a los resultados. Algunas delegaciones llegan a los campeonatos con equipos numerosos pensando en meter varios de sus atletas entre los ocho primeros para sumar puntos, en detrimento de la calidad.
Sin embargo, no definir el certamen por puntos haría que las delegaciones, especialmente las más grandes y fuertes, solo participaran con los «posibles medallistas», lo que iría en detrimento de la participación y frenaría el proceso y la competencia que requieren los atletas para su desarrollo deportivo.
En esta ocasión, el título quedó en poder de Antioquia, pero en la tabla de medallería, la disputa estuvo aún más reñida, con Valle como líder, al sumar 13 oros, contra los 12 de Antioquia y los 11 de Bogotá, a un año de los Juegos Nacionales, que sí se definen por este ítem.
La figura y la mejor marca
Sin duda, lo más destacado del Campeonato Nacional fue la marca técnica lograda por Carlos Palacios, de Bogotá, al ganar en los 100 metros planos, con un registro de 10.16, la segunda marca de la historia en Colombia. Además, el atleta chocoano, quien también se quedó con el oro en los 200 metros planos, acabó con la hegemonía de Valle y Antioquia en las prueba de velocidad y obtuvo para la capital del país un título que le era esquivo desde el 2001.
El sistema electrónico y juzgamiento
Loable el esfuerzo de la Federación Colombiana de Atletismo que adquirió un nuevo sistema de cronometraje electrónico con las herramientas usadas en los grandes eventos internacionales, como el tablero digital de la llegada, los sensores de partida en falso, las pistolas digitales de salida, entre otros elementos. Sin embargo, ahora la tarea es capacitar al personal de juzgamiento, que en algunos casos se resiste al cambio y por este motivo se dejaron de usar los sensores de partida en falso y hace falta también que se utilicen todos los señalizadores de marcas para las pruebas de campo. Además, los jueces no están revisando el calzado de los atletas, para verificar que no se usen los prohibidos por World Athletics en las competencias de pista o que tengan los clavos con la altura permitida por el reglamento.
La pista y el campo
La pista de El Salitre se remodeló hace apenas un par de años, pero el campo requiere urgentemente de un mantenimiento. En algunas zonas, especialmente en las de lanzamientos, hay áreas peligrosas e irreglamentarias, que además atentan contra la seguridad de los atletas y los jueces. En la zona de lanzamiento de jabalina, a apenas unos pocos metros del área técnica, hay una varilla salida que podría ocasionar un grave accidente, y lo propio ocurre en los lanzamientos de la jaula, donde hay huecos de hasta 30 centímetros de profundidad, donde pueden caer jueces y ocasionar igualmente graves accidentes.
La medallería
No hay duda de que Valle, Antioquia y Bogotá siguen dominando la tabla de medallería, pero también es importante recalcar que la diferencia con los demás departamentos es abismal. Boyacá, Bolívar y Meta ganaron cada uno solo dos oros y los demás quedaron en poder de Atlántico y Magdalena, con uno cada uno. Destacable que Meta, con Carlos Sanmartín, obtuvo dos preseas doradas, y que Norte de Santander, por ejemplo, con solo una atleta participante, se quedó con una de plata, por intermedio de Yajaira Rubio, corredora que se abre camino y que merece apoyo y más oportunidades de competir. Pero también es triste decir que departamentos como Santander y Chocó, ni siquiera se asomaron en el cuadro de medallas.
Ver más: Así terminó la medallería en el Campeonato Nacional
