…Gran mérito de Tibaduiza, el imbatible, quien desde Reno, Nevada (Estados Unidos), donde vive, rememora que el 11 de junio de 1978, en el estado de Viena (Austria), se celebró un festival atlético organizado por el magnate de las comunicaciones Addreas Brugger, quien falleció a finales del 2018 y fue el director del WeltKlasse Track Meet por muchos años, un evento que hoy es parte de la Liga Diamante.
Brugger convocó a los mejores atletas del momento. Ese día ‘Tiba’ corrió como una liebre. Durante la primera mitad de los 10.000 metros marcó un ritmo prefijado de carrera y resguardó del viento al llamado «dios de los estadios», el keniano Henry Rono, quien observaba atento al colombiano contratado por el magnate de marras, con el objetivo de que ayudara a Rono a navegar en la pista para romper la marca mundial.
Y la liebre, como se llama en atletismo a los encargados de marcar el ritmo de carrera para ayudar al aspirante a fijar nueva marca del mundo. Cumplió con la tarea encomendada. Aquella segunda semana de junio, Rono comenzaría a completar una hazaña hasta ahora inigualable de las carreras de fondo: en apenas 81 días estableció cuatro récords mundiales (10.000, 5.000 y 3.000 metros, así como los 3.000 metros con obstáculos). En los 10.000 metros impuso 27:22.47, ‘Tiba’ finalizó segundo, a 31 segundos del récord de Rono, que permaneció indestronable hasta el 2 de julio de 1984, cuando el portugués Fernando Memede fijó 27:13.81. El récord progresó hasta los 26:17.53, impuesto en 2005 por el etíope Kenenisa Bekele, vigente hasta el 30 de abril de 2019… (Actualmente la marca mundial de los 10.000 metros está en poder del ugandés Joshua Cheptegei).
El anterior relato aparece en el libro «La fabulosa historia del atletismo colombiano», del periodista Ricardo Ávila Palacios, que retomamos para recordar el día en que Domingo Tibaduiza impuso el récord nacional de los 10.000 metros aún vigente y marca suramericana en su momento (27:53.02), el mismo día en que Rono hizo el récord mundial.
Y es que el gran atleta keniano falleció este jueves 15 de febrero, a los 72 años, en el Hospital Sur de Nairobi, donde llevaba 10 días hospitalizado. Otra gran pérdida para el atletismo mundial en menos de una semana, en la que también falleció su compatriota Kelvin Kiptum, actual recordista mundial de maratón.
En aquel año 1978, Rono, además de sus cuatro marcas mundiales, ganó 30 de las 36 competencias en las que participó. Sin embargo, su gesta no se pudo prolongar en los Juegos Olímpicos. No estuvo en las justas de Montreal 1976, por el boicot de los 26 países africanos, entre ellos Kenia, con el Comité Olímpico Internacional (por una gira del equipo de Rugby de Nueva Zelanda en Suráfrica), y en Moscú 1980 tampoco estuvo Kenia, por la Guerra Fría, que provocó un boicot de 65 países en ese entonces.
Posteriormente cayó en las garras del alcohol, trabajó como entrenador en Estados Unidos, como cuidador de carros y en sus últimos años regresó a Kenia.
«Tenía el mundo en mis manos. Pero yo era sólo un joven africano que había caído en el mundo occidental sin ser parte de él. Pensé que entendía, pero no fue así. Cuando eres un campeón crees que puedes con todo, que tienes toda tu vida en tus manos. Habría aprendido rápidamente que la realidad es otra…». «Traté de arreglármelas solo, pero no era capaz. Esa situación me aplastó, todo era más grande que yo. Así fue como comencé a beber», contó en su momento, otro grande del atletismo mundial que se fue.