Además de los intereses económicos que hay en juego, un evento de la magnitud de unos Juegos Olímpicos requiere de muchos preparativos, y el azote de la pandemia está impidiendo que pueda haber una mínima planificación.
En Japón, donde el 80 % de la población cree que la competición debería aplazarse o cancelarse, hay alguien que ha arrojado luz sobre el devenir de la gran fiesta del deporte, reprogramada para que tenga lugar entre el 23 de julio y el 8 de agosto de 2021.
Una voz muy poderosa en el país nipón se ha pronunciado al respecto, y deja caer que la decisión sobre la disputa de los Juegos se resolverá relativamente pronto. Takeshi Niinami, director del grupo de bebidas japonés Suntory Holdings, quien al mismo tiempo es asesor del gobierno, ha asegurado que no está seguro de que su país puede albergar el evento y que la decisión probablemente se tomará a finales de marzo.
«No estoy seguro de si podremos celebrar los Juegos Olímpicos de Tokio o no… pero debemos hacer todo lo posible», comentó el asesor económico del primer ministro Yoshihide Suga. En Japón, el coronavirus sigue avanzando como en tantos otros países por estas fechas y las infecciones han aumentado de manera constante en las últimas semanas, por lo que el Gobierno ha declarado un segundo estado de emergencia para algunas áreas como Tokio.
En previsión de que la tercera ola de coronavirus no esté controlada hasta finales de febrero o marzo, Niinami agregó que se dan de plazo hasta finales de marzo para plantear si siguen adelante o no con la organización para 2021.Según las impresiones del primer ministro Yoshihide Suga, tras una conversación telefónica con el propio Niinami y Bill Gates, «estos Juegos son muy importantes y seguirán adelante», si bien parece que ya hay fecha para evaluar la realidad de seguir adelante con todo, ya sea con o sin público.
En este sentido, el COI desea que todos los atletas que acudan a Tokio sean vacunados, aunque entiende también que no está en su mano garantizar esto.