Recientemente se disputaron las maratones de Boston y Londres, dos de las reconocidas ‘Majors’ de la temporada y que se corrieron con menos de una semana de diferencia. La de Boston, el lunes 19 de abril, y la de Londres, el domingo 23.
Y allí, en las dos carreras, estuvo Mario Mesa, un atleta aficionado colombiano, un enamorado del maratón, que tiene ya más de 70 pruebas en la mágica distancia de los 42,195 km, en la que se estrenó el domingo primero de noviembre de 1998 en Nueva York.
Desde entonces, su pasión por el maratón se convirtió en su estilo de vida, aunque ya había corrido distancias de 800 y 1.500 metros, en busca de ese sueño de ser atleta profesional en su juventud.
Aquel primer paso en Nueva York lo dio gracias a una profesional, Ana Delia Ríos, quien era contemporánea de las carreras de fondo con Débora Medina. En 1997, Mario tenía un viaje de trabajo a la ‘capital del mundo’ y allí coincidió con el Maratón de Nueva York. Lo vio y quedó tan enamorado, que se propuso como meta regresar al año siguiente pero a correrlo, y fue la propia Ana Delia la que le logró conseguir el cupo con su grupo de runners.
En su estreno bajó la barrera de las 3 horas, al cronometrar 2:59:10. Al año siguiente se casó con María Helena y aprovechó para regresar a Nueva York a su luna de miel, y por su puesto, a correr. Celebró con su mejor registro personal de 2:51:44.
Y desde entonces su pasión es correr. Recorre el mundo buscando nuevos retos personales y participando en las principales carreras, especialmente de maratón. Ya tiene en su poder la medalla de las seis ‘Majors’, que les entregan a los corredores que completan el circuito de las maratones más importantes del mundo: Tokio, Boston, Londres, Chicago, Berlín y Nueva York.
Tiene un apego especial por Boston, quizás guiado por la victoria de Álvaro Mejía en 1971, y quien fuera uno de sus principales concejeros y amigos, hasta su muerte, hace un par de años. En Boston ha corrido en 19 ocasiones, la última de ellas el pasado 19 de abril, cuando hizo el conocido back to back, al disputar, en menos de ocho días, la siguiente carrera, en Londres.
«Aunque haya corrido muchas maratones, hay que ser muy disciplinados con la preparación, mínimo de cuatro meses. Boston es una carrera muy engañosa, porque empieza con muchas bajadas y si no se cuida con el ritmo, después cobra el esfuerzo. Además de los entrenamientos, voy mucho al gimnasio, hago jornadas de fisioterapia, me cuido con la alimentación y duermo bien», recalca Mario.
Y para hacer ese back to back de dos maratones seguidas también tiene que ser, además de disciplinado, estratégico. «En esto no se puede especular. Tenemos que ser muy constantes y disciplinados, no importa si llueve, porque el entrenamiento que no se haga se pierde y en la carrera lo va a sentir», advierte este super runner.
Y esa disciplina también la tiene que poner en práctica en la carrera. En el Maratón de Boston corrió a un ritmo 4:55 por kilómetro, porque su objetivo era lograr la marca de clasificación para asegurar su entrada en la versión 2024, cuando completará 20 maratones de la carrera más antigua del mundo. Al final cronometró 3:30:30 y logró el objetivo. «Corrí parejo y no rematé, porque tenía que cuidar las piernas para Londres, donde el objetivo era ayudar a una pupila a que terminara con un tiempo de 3:40 (correr a ritmo de 5:30) y lo logró», cuenta Mario.
Pero este no ha sido su único back to back. Antes lo había hecho en 2013, cuando corrió París y Boston. También lo hizo en 2017, cuando corrió la carrera Two Oceans, en Suráfrica, que es un ultranmaratón de 56 km entre el Océano Indigo y el Océano Atlántico.
En esa ocasión terminó la carrera a la 1:00 p.m. y en la meta le tenían todo listo para ir directo al aeropuerto, porque tenía vuelo a las 4:00 p.m. rumbo a Frankfourt. Tras la escala, y con el cambio horario, arribó a Boston a las 3:00 p.m. el día anterior de la carrera. No pudo entrar a le expo y apenas pudo asegurar su número de competencia.
Y así es la vida de Mario Mesa, un completo maratón. Termina una carrera y de inmediato empieza a preparar la siguiente, planifica el calendario de cada temporada y desde enero sabe en cuáles competencias estará, ya sea para seguir cumpliendo metas o sueños o para acompañar a algunos de los atletas aficionados que asesora.
Y en ese maratón de la vida ya suma más de 70, entre las que sobresalen 37 ‘Majors’ (19 en Boston, 9 en Nueva York, 3 en Londres, 3 en Chicago, 2 en Berlín y 1 en Tokio).