En un movimiento con el que nadie contaba, el lituano Mykolas Alekna acabó con el récord masculino más antiguo del atletismo, el del lanzamiento de disco. El hombre de 1,94 metros de estatura, lanzó el disco de dos kilos a 74,35 metros en la Serie de Lanzamientos de Oklahoma, el pasado domingo 14 der abril. Su marca fue 27 centímetros más lejos que la registrada por el alemán de la antigua RDA Juergen Schult, el 6 de junio de 1986, y sobre el que hubo sospechas de haber consumido turinabol, un potente anabolizante.
Alekna, de 21 años, es hijo de Virgilijus, doble campeón olímpico (2000 y 2004) y mundial, tercero en el ránking de todos los tiempos tras la irrupción de su heredero y que a principios de siglo lanzó 73,88 metros.
Mykolas tenía como mejor marca 71,36 metros hasta la fecha y había sido subcampeón del mundo en Eugene 2022 y bronce en Budapest en 2023. Hace siete años nunca había probado con el lanzamiento de disco.
Estudiante de la Universidad de Berkeley desde 2022, donde se entrena a las órdenes de Mo Saatara, un talentoso entrenador que supo enseguida el potencial que tenía en sus manos, Mykolas se pasó muchos años siendo el delantero centro de un equipo de fútbol en su país, deporte del que ha rescatado la velocidad -se le considera el discóbolo más rápido del mundo-, la explosividad y una coordinación casi de bailarín.
Al iniciar en este nuevo deporte, empezó despacio, lanzando el primer curso algo más de 50 metros, pero ya en el cuarto año, en Nairobi, durante los Mundiales sub-20 batió el récord mundial de la categoría con 69,81 m.
Estudioso de la técnica, sostiene que es la parte inferior del cuerpo la importante en los lanzamientos. «Para el lanzamiento de disco ni siquiera utilizamos los brazos. Mueves las piernas y la parte superior del cuerpo y tu brazo es como un látigo. Es sólo para su liberación», apunta un joven que quiere ahora emular a su padre y ser campeón olímpico. «Ese es mi sueño para continuar con la tradición».
Tomado de Marca/atletismo.com