La medalla de oro de los 5.000 metros varones en los Juegos Centroamericanos y del Caribe le sacó lágrimas a muchos colombianos, que vieron la prueba desde los diferentes rincones del país.

Si los asistentes al estadio se emocionaron tanto como los que la vieron por televisión, seguramente se conmovieron aún más cuando sonó el Himno Nacional. Mauricio apenas movía los labios para cantar, mientras caían lágrimas de felicidad sobre su cara.

Y es que lo que ha tenido que trabajar y sufrir el popular ‘Mayiyo’ para obtener esta victoria no está escrito. Por eso, cualquier dolor de piernas en la pista eran un ‘bolero’ al lado del sacrificio en su carrera deportiva.

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Mauricio González le volvió a dar una victoria a Colombia en los 5.000 metros. Foto: COC – Coldeportes.

Cuando está en su mejor forma, una lesión o un accidente se atraviesan en el  camino de este hombre que tiene la segunda mejor marca de la historia para un colombiano en los 5.000 metros planos (13:32.44), superada solo por el récord de Domingo Tibaduiza (13:29.67).

Por todo eso, este triunfo fue tan especial, y por eso también lo celebró con la bandera colombiana, al lado de su hermano, Iván, quien ayudó a marcar el ritmo durante toda la prueba y fundir a los rivales más fuertes.

«Estoy muy feliz de representar a Colombia nuevamente. Las lesiones me han aquejado en los últimos años, pero hoy la realidad es que me encuentro en muy buena forma y siempre estaré orgulloso de representar al país», dijo emocionado el campeón.

Además, su victoria en los 5.000 metros planos es la primera de un colombiano desde 1974, cuando ganó Víctor Mora, en Santo Domingo (República Dominicana). Antes lo había hecho Álvaro Mejía en 1966, y Mauricio logró el tercer triunfo de la historia en esta prueba.

Pero ese oro también se le abona a su hermano Iván, porque su trabajo fue tal, que estuvo al frente del a competencia durante 3.000 metros y a falta de cuatro vueltas se empezó a quedar, pero Mauricio miraba seguido hacia atrás como preguntándole si iba a llegar de nuevo al lote o debía partir ya. -Váyase- se le notó que le dijo y fue entonces cuando Mauricio se despidió de sus rivales con un cambio que dejó sembrados al guatemalteco Mario Pacay y al mexicano Víctor Alfredo Montañez.

Y si a Mauricio le dolían las piernas, sus rivales llevaban plomo en ellas, porque no tuvieron cómo reaccionar cuando partió a falta de 300 metros, como haciendo una repetición.

Al final se quedó con el oro, tras registrar 13:53.40, mientras que la plata fue para Pacay, con 13:56.30, y el bronce para Montañez, con 14:04.87.

Por último, Iván, que se ganó la medalla al mérito y al trabajo en equipo, terminó cuarto, con 14:12.16.