El para-atletismo es uno de los deportes del ciclo paralímpico con más desarrollo en el país, en el que varios atletas han logrado medallas en eventos del ciclo, en mundiales y en Juegos Paralímpicos.
Además, se organizan varios certámenes nacionales y la participación es bien significativa. En los Juegos Paranacionales, por ejemplo, cerca de 550 atletas están en las competencias de para-atletismo, con 208 pruebas programadas.
Y esas competencias de atletismo se dividen en dos grandes grupos, que a su vez tienen clasificaciones funcionales para cada discapacidad. Por su denominación en inglés, Track and Field, las pruebas se dividen en dos grupos T para las de pista y F para las de campo.
“Las clasificaciones funcionales van en grupos de acuerdo a su discapacidad, que lo que buscan en reducir la ventaja que pueda tener un atleta frente a otro”, explica Juan David Esquivel, metodólogo del Comité Paralímpico Colombiano y director del campeonato en los Juegos Paranacionales.
Así, por ejemplo, del 11 al 13 son las clasificaciones de los visuales, siendo el 11 que más discapacidad tiene, por eso requieren de guía, en las pruebas de pista. El 12 y el 13 son personas con baja visión.
Las personas con discapacidad auditiva entran en el grupo del número 15, o sea T o F 15. Y la discapacidad intelectual se identifica con el 20, “Por manual de clasificación, los atletas que hagan parte de este grupo deben tener un coeficiente intelectual de 75 puntos o inferior”, explica Juan David.
Las personas con discapacidad auditiva entran en el grupo del número 15, o sea T o F 15. Y la discapacidad intelectual se identifica con el 20, “Por manual de clasificación, los atletas que hagan parte de este grupo deben tener un coeficiente intelectual de 75 puntos o inferior”, explica Juan David.
“Después está el grupo de parálisis cerebral, que es diferente a la discapacidad cognitiva. La parálisis cerebral es una afectación en el cerebro de los niños, que se da entre el nacimiento y hasta los cinco años y desencadena con la afectación a nivel motor”, aclara Juan David.
Los del grupo 31 al 34 son atletas que tienen parálisis cerebral, que no pueden estar de pie y por eso requieren de silla de ruedas. Los del 35 al 38, son los que tienen esta discapacidad, pero sí pueden caminar.
Después está el grupo de los atletas con discapacidad física, que van del número 41 al 46. Los de baja estatura se clasifican con 40 y 41, y después vienen las personas que tienen afectación en los miembros inferiores, pero que no compiten con prótesis, que van del 42 al 44. Por último, los clasificados del 45 al 47 son personas con afectación motora o amputados.
Por su parte, los atletas en silla de ruedas se clasifican del 51 al 57, siendo los 51 los de mayor afectación motora, y el 57 el más funcional.
En el último grupo están los atletas que tienen amputación y compiten con prótesis, que van del 61 al 64, para los que tienen una o dos amputaciones, por encima o por debajo de la rodilla.