Las ‘liebres’ o ‘pacers’ son los atletas encargados de marcar un ritmo específico para que los corredores principales logren las marcas esperadas en las diferentes competencias. Y en el caso del maratón, generalmente acompañan a los diferentes grupos hasta el kilómetro 25 o el 30 y después se retiran, tras el trabajo realizado.
Pero en Abu Dabi, uno de los maratones más tradicionales del final de la temporada, la ‘liebre’ literalmente ‘reventó a los demás atletas y decidió seguir hasta la meta. El encargado de esa ‘gesta’ fue el keniano Timothy Kiplagat Ronoh, quien marcó un ritmo tan exigente que en un momento de la prueba estaba solo en punta de la carrera.
Fue entonces cuando decidió ir en busca de la victoria, y no conforme con eso, le tomó una diferencia de más de cuatro minutos al siguiente en la meta. Ronoh ganó con un tiempo de 2:05:20, seguido de su compatriota Felix Kimutai, segundo con un registro de 2:09:32, y del etíope Adeladlew Gebreyohannes, tercero con 2:09:42.
Las favoritas también se fundieron
Y en la carrera de las damas, Eunice Chumba, nacida en Kenia hace 29 años y nacionalizada bareiní en 2014, se impiuso con propiedad, al cruzar la meta con un tiempo de 2:20:41, que se convirtió en récord para la carrera.
Chumba, además, derrotó a todas las favoriotas, entre las que estaban sus compañeras en el podio, la keniana Angela Tanui, quien recientemente se impuso en la media maratón de Bogotá, segunda en Abu Dabi con 2:21:12, y la etíope Mare Dibaba, campeona mundial de maratón en Beijing 2015, quien terminó tercera con 2:21:25.